Este era el día de la semana que más me gustaba, puesto que me tocaban mis materias favoritas: español, historia y por supuesto, taller.
Era un lunes, y por cierto, el primer lunes de este ciclo escolar; yo me encontraba cursando ya segundo grado de secundaria, y lo hacía en una de las mejores escuelas de Xalapa, la escuela secundaria técnica no. 3; en ella me encontraba muy a gusto, puesto que ya conocía a muchas personas de este lugar, personas que habían cursado conmigo el primer grado.
Ese lunes yo había despertado con un presentimiento, sabía que algo sucedería el día de hoy, pero, ¿acaso sería algo nuevo o extraño? O ¿sería algo bueno, algo que mejorara aun más la idea de tener que ir a la o escuela o que sucedería?
Al llegar a la escuela me situé con mis compañeros de grupo, había muchas nuevas personas, algunas de esas personas ya las conocía, pero la gran mayoría de las personas de mi salón eran unos completos desconocidos para mi, después al entregarnos nuestros horarios a cada grupo, al finalizar el homenaje, subí al aula correspondiente a la materia que me tocaba, al pasar junto a los niños de primero los miraba un poco extraño, ¿era que me sentía superior por ser un grado mayor que esos niños? No lo sabía pero al llegar junto a un grupo de niños descubrí algo, era esa chica con quien había soñado durante las vacaciones, era rubia, con cabellos dorados, y unos ojos… unos ojos que hacían que los miraras y te sumergieras en ellos.
Los días transcurrieron, no la veía y sentía que yo debía hablarle, saber más de ella, ¿pero cómo?, era imposible hablar con ella si no sabía nada, en los recesos la buscaba, pero no la encontraba, y cada homenaje se llevaba a cabo cada dos semanas, ¿qué debía hacer para encontrarla?
Pasaron muchos días desde aquella primera vez en que la vi, transcurrió una semana, y seguía sin saber nada sobre ella.
Era un viernes, y estaba en el receso, platicando con mi amiga Viankail, y precisamente sobre esa bella chica del homenaje, de pronto, como si esa bella chica hubiese escuchado que deseaba verla se apareció allí, a un lado de donde me encontraba yo, iba como siempre, con sus bellos cabellos dorados sueltos, simplemente sostenidos pon un par de pasadores de color amarillo con café, los cuales sostenían su cabello, dejando al descubierto su bello rostro y sus hermosos ojos aceitunados, fue entonces cuando actué.
-Hola- le dije con mucha inseguridad
-Hola- me respondió
-Emm…- sentía que mi cerebro no trabajaba, en esos momentos tenía ganas de salir huyendo, corriendo como un cobarde. Sin embargo distinguí como mi mente me decía “no seas tonto, ve y pregúntale como se llama”, y fue gracias a eso que me decidí a continuar esa platica, pero ella me gano la palabra.
-¿Cómo te llamas?- me pregunto, y en esos momentos no recordaba nada, me encontraba sumergido en sus bellos ojos, pero algo sucedió allí…
- Se llama Carlos -dijo mi amiga Viankail, pues ella comprendía de alguna forma lo que me estaba sucediendo, sin embargo mi mente reaccionó y logre continuar.
- ¿Y tu cómo te llamas?- le pregunté.
- Me llamo Kryscel – respondió a mi interrogante.
Y así poco a poco durante esa platica logre saber más sobre ella, le pedí su horario, y todos los días que pasaba cerca del salón en donde se encontraba la saludaba, y así poco a poco nos fuimos conociendo, hasta que por fin…
Era un lunes, y por cierto, el primer lunes de este ciclo escolar; yo me encontraba cursando ya segundo grado de secundaria, y lo hacía en una de las mejores escuelas de Xalapa, la escuela secundaria técnica no. 3; en ella me encontraba muy a gusto, puesto que ya conocía a muchas personas de este lugar, personas que habían cursado conmigo el primer grado.
Ese lunes yo había despertado con un presentimiento, sabía que algo sucedería el día de hoy, pero, ¿acaso sería algo nuevo o extraño? O ¿sería algo bueno, algo que mejorara aun más la idea de tener que ir a la o escuela o que sucedería?
Al llegar a la escuela me situé con mis compañeros de grupo, había muchas nuevas personas, algunas de esas personas ya las conocía, pero la gran mayoría de las personas de mi salón eran unos completos desconocidos para mi, después al entregarnos nuestros horarios a cada grupo, al finalizar el homenaje, subí al aula correspondiente a la materia que me tocaba, al pasar junto a los niños de primero los miraba un poco extraño, ¿era que me sentía superior por ser un grado mayor que esos niños? No lo sabía pero al llegar junto a un grupo de niños descubrí algo, era esa chica con quien había soñado durante las vacaciones, era rubia, con cabellos dorados, y unos ojos… unos ojos que hacían que los miraras y te sumergieras en ellos.
Los días transcurrieron, no la veía y sentía que yo debía hablarle, saber más de ella, ¿pero cómo?, era imposible hablar con ella si no sabía nada, en los recesos la buscaba, pero no la encontraba, y cada homenaje se llevaba a cabo cada dos semanas, ¿qué debía hacer para encontrarla?
Pasaron muchos días desde aquella primera vez en que la vi, transcurrió una semana, y seguía sin saber nada sobre ella.
Era un viernes, y estaba en el receso, platicando con mi amiga Viankail, y precisamente sobre esa bella chica del homenaje, de pronto, como si esa bella chica hubiese escuchado que deseaba verla se apareció allí, a un lado de donde me encontraba yo, iba como siempre, con sus bellos cabellos dorados sueltos, simplemente sostenidos pon un par de pasadores de color amarillo con café, los cuales sostenían su cabello, dejando al descubierto su bello rostro y sus hermosos ojos aceitunados, fue entonces cuando actué.
-Hola- le dije con mucha inseguridad
-Hola- me respondió
-Emm…- sentía que mi cerebro no trabajaba, en esos momentos tenía ganas de salir huyendo, corriendo como un cobarde. Sin embargo distinguí como mi mente me decía “no seas tonto, ve y pregúntale como se llama”, y fue gracias a eso que me decidí a continuar esa platica, pero ella me gano la palabra.
-¿Cómo te llamas?- me pregunto, y en esos momentos no recordaba nada, me encontraba sumergido en sus bellos ojos, pero algo sucedió allí…
- Se llama Carlos -dijo mi amiga Viankail, pues ella comprendía de alguna forma lo que me estaba sucediendo, sin embargo mi mente reaccionó y logre continuar.
- ¿Y tu cómo te llamas?- le pregunté.
- Me llamo Kryscel – respondió a mi interrogante.
Y así poco a poco durante esa platica logre saber más sobre ella, le pedí su horario, y todos los días que pasaba cerca del salón en donde se encontraba la saludaba, y así poco a poco nos fuimos conociendo, hasta que por fin…